El trastorno producido por lesión en el área de Broca, que se encuentra ubicada en el lóbulo frontal izquierdo y ejerce el control del lenguaje expresivo.
El término afasia se aplica para referirnos a un trastorno cuyo origen es de tipo neurológico y que implica una pérdida de la habilidad de comunicación de la persona que lo padece. Esta limitación en cuanto a la habilidad comunicativa puede deberse a la incapacidad para la expresión por medio del lenguaje como a la incapacidad para comprender dicho lenguaje.
Hay distintos tipos de afasias y la clasificación que se haga de esta va a depender de la sintomatología que aparezca asociada al padecimiento de este trastorno. Durante este artículo, nos dedicaremos en concreto a la afasia de Broca.
La afasia de Broca es también llamada afasia de producción expresiva o motora y provoca en el individuo que la sufre una dificultad en la capacidad de comunicación, cuyo grado puede ser moderado o severo. Estás dificultades comunicativas surgen como consecuencia de una alteración en la capacidad de expresión del lenguaje.
La afasia de Broca afecta de forma directa al lenguaje hablado. Dentro de las características que presentan las personas que la padecen podemos destacar el hecho de que estas personas no sean capaces de formar frases completas y correctamente articuladas y, por tanto, tampoco de expresarse de forma fluida, aunque la comprensión se encuentran relativamente preservada.
Según las clasificaciones clásicas de las afasias, estas se categorizan en función en función de en qué región cerebral esté ubicada la lesión que las provoca. Teniendo en cuenta este modelo podemos decir que la Afasia de Broca surge como consecuencia de una lesión en el área de Broca.
La región cerebral conocida como área de Broca se encuentra ubicada en el lóbulo frontal izquierdo y está considerado como el núcleo que controla en el lenguaje expresivo. En esta área, en concreto, se encuentran localizadas capacidades como:
Ya hemos comentado anteriormente que este tipo de afasia afecta principalmente a la expresión del lenguaje y por tanto sus manifestaciones están íntimamente relacionadas con la producción del habla.
Las personas que presentan este trastorno suelen tener muchos problemas para encontrar palabras y formar frases de forma adecuada lo cual deriva en una comunicación poco fluida. Además, también se aprecia falta de prosodia en la comunicación oral y afectación en la escrita.
De forma frecuente se hace referencia al modo de hablar de las personas con afasia de Broca, como habla telegráfica. Con esta denominación coloquial de deja patente el hecho de la existencia de un habla con muchas pausas, debidas en su mayoría por la dificultad para articular palabras sin contenido, por lo que nos encontramos ante un lenguaje compuesto casi exclusivamente por sustantivos y verbos.
La gravedad de presentación de los síntomas correlaciona directamente con la gravedad de la lesión producida. Habrá casos, en los que la gravedad sea menor y se presenten una anomia leve y una reducción de la fluidez verbal; en otros casos de mayor gravedad, la persona puede incluso ser incapaz de emitir ninguna palabra.
Funcionalmente, las regiones implicadas en la afasia de Broca también tienen implicación con respecto a la motricidad por lo que no es extraño que este trastorno tenga asociado también algún déficit de este tipo. Dentro de esas afectaciones motoras podemos destacar:
A modo de resumen y con el fin de clarificar la sintomatología de este trastorno podemos establecer como las principales manifestaciones sintomatológicas las siguientes:
Una de las principales causas de aparición de la afasia de Broca es tras sufrir algún tipo de accidente cerebrovascular, como puede ser una isquemia o una hemorragia cerebral. Este accidente suele producirse en el hemisferio izquierdo del cerebro, el cual está íntimamente relacionado con el lenguaje. Existe una probabilidad importante de afectación sobre todo cuando este accidente afecta de forma directa a la arteria cerebral media.
Otras posibles causas que pueden llegar a producir afasia de Broca pueden ser: los traumatismos cráneo encefálicos o la presencia de un tumor cerebral en esa área concreta del cerebro.
Si los daños que estas distintas afectaciones provocan se limitan única y exclusivamente al área de Broca entonces aparecerán exclusivamente síntomas lingüísticos y motores de tipo leve. La sintomatología empeora cuando la afectación se amplía a zonas circundantes como pueden ser la ínsula anterior, la circunvolución precentral o la región opercular.
Por otro lado, también podemos encontrar manifestaciones asociadas a la afasia de Broca en el cuadro clínico de algunos trastornos de tipo neurodegenerativo:
El diagnóstico de la afasia de Broca se debe hacer por medio de una evaluación realizada por un profesional cualificado, el cual utilizará pruebas de tipo neuropsicológico creadas para tal fin, tanto de tipo general como de tipo específico.
Cuando se realizan este tipo de evaluaciones encaminadas a detección de afasias en general y de afasia de Broca, en particular es importante no perder de vista dos parámetros que pueden llegar a tener una influencia capital en capacidad de comunicación oral de la persona evaluada:
Para realizar una evaluación exhaustiva que acabe derivando en un diagnóstico acertado de afasia de Broca es necesario valorar diversas áreas del lenguaje. Se hace necesario establecer cuáles de ellas se encuentran afectadas y en función de ello establecer así ante qué tipo de afasia nos encontramos.
Las áreas de exploración a las que hacíamos referencia anteriormente son las siguientes.
Es la capacidad que nos permite iniciar y mantener el discurso. Dentro de esta área la principal atención se centra en la evaluación de la fluidez verbal. Este concepto está concebido como un continúo y viene definido por dos condiciones principales:
Si estamos ante un caso de Afasia de Broca podremos apreciar como el tipo de habla que se da en la no fluida.
Nos encontramos ante una habilidad cuya evaluación se considera bastante complicada. Su principal dificultad radica en que las respuestas erróneas o las ausencias de respuesta pueden estar motivados por otros factores como las limitaciones en la producción del lenguaje y no en la compresión que es lo que se pretende evaluar.
Precisamente para poder sortear esta confusión lo ideal es utilizar pruebas para las que la producción lingüística no sea necesaria. Pudiendo establecer así si la comprensión está preservada o por el contrario está alterada.
Los pacientes con afasia de Broca conservan sus capacidades de comprensión.
Esta habilidad implica muchos procesos subyacentes: decodificar la información auditiva que se recibe de otro interlocutor, buscar el código fonológico que se corresponde con el mensaje recibido y la reproducción del resultante de los dos procesos anteriores por medio de la articulación lingüística correcta.
La afectación en alguno de los tres procesos que hemos comentado anteriormente supondría la presencia de alteraciones en la capacidad de repetición del individuo evaluado.
Las pruebas a las que se somete a la persona para determinar la presencia o no de afasia de Broca es a la repetición de letras, palabras y pseudopalabras. Si esta capacidad se encuentra alterada nos encontramos ante un caso de afasia de Broca.
Esta, como su propio nombre indica, es la capacidad para nombrar. Vemos un elemento y tras acceder a nuestro banco léxico encontramos un elemento lingüístico que lo define, su nombre. Para los pacientes que están afectados por la afasia de Broca este proceso les resulta altamente complicado.
Las secuencias automatizadas suponen un elemento básico dentro de la creación del lenguaje. Son secuencias aprendidas como los días de la semana o los números. Aunque también incluyen aspectos de lenguaje afectivo y automático, como pueden ser las expresiones o las coletillas. Este tipo de lenguaje suela mantenerse preservado en la mayoría de las afasias.
El hecho de que una persona que padece la afasia de Broca sea capaz de recuperar o minimizar los déficits producidos por este trastorno depende en gran medida de la gravedad de los síntomas que presente.
Cuando esta afasia se encuentra en su fase inicial puede ocurrir que exista una recuperación espontánea y que se produzca una reestructuración de las áreas cerebrales para intentar compensar los déficits que se han producido.
Los principales objetivos de una intervención rehabilitadora en este sentido son:
En este tipo de intervenciones el principal peso recae en la figura del logopeda, aunque también es necesario destacar el papel que juega en el tratamiento el neuropsicólogo. Este último completa el trabajo del primero por medio del entrenamiento de las áreas cognitivas que tienen influencia directa en la capacidad de comunicación (atención, memoria…)
La recuperación va a estar supeditada en función de las distintas áreas del lenguaje, ya que por ejemplo, comprensión y repetición parecen más fáciles de recuperar si las comparamos con la denominación y la fluidez.
En función de las características individuales que presenta persona se establece un plan de intervención específica para ella. Dentro de este plan se incluyen las siguientes tareas:
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