La afasia es una pérdida adquirida del lenguaje oral que puede afectar también a la lectura o a la escritura. Es causada por un daño temporal o permanente en las zonas del cerebro involucradas en las funciones del lenguaje.
De manera general, las causas de los diferentes tipos de afasia suelen localizarse en el hemisferio izquierdo del cerebro, que el es encargado de coordinar la mayor parte de las etapas necesarias para la correcta comunicación en el 98.5% de los diestros y el 70% de los zurdos. Además dicho hemisferio interviene en las funciones motoras, que se presentan también alteradas en ciertos tipos de afasia.
Se puede hablar de una clasificación muy general compuesta por cuatro tipos de afasias, o bien pasar a clasificar este síntoma atendiendo a si cumple o no las características de los principales tipos de afasia descritos en la bibliografía médica. De manera general, se habla de cuatro grupos:
Frente al enfoque anatómico clásico que busca estudiar los síntomas de cada tipo de afasia para determinar dónde se localiza el problema, el descubrimiento de las rutas neuronales y lo que se ha llamado la plasticidad del cerebro apoya una hipótesis que consiste en que no siempre la región del cerebro encargada de las funciones dañadas pueda ser la que presente un problema, sino que también existirán afasias debidas a lesiones o fallos en las rutas neuronales que comunican las diferentes zonas del cerebro implicadas en el lenguaje.
Los tipos de afasia más comunes, clasificándolos de manera menos genérica y atendiendo a una serie de síntomas compartidos, se resumen a continuación. Las dos primeras son afasias primarias.
La afasia de Broca es conocida como afasia expresiva, motora o no fluida, y no es extraño que afecte también en algún grado a la lectura y a la escritura.
El sujeto con afasia de Broca habla poco, empleando frases cortas o mal construidas, con una gramática simplificada hasta el extremo, y a pesar de ello comete errores. Le cuesta pronunciar correctamente y emite palabras deformadas debido al gran esfuerzo que le supone sincronizar laringe, faringe y lengua al expresarse. Sin embargo, la comprensión del lenguaje es casi normal.
En ocasiones, la afasia de Broca se presenta acompañada de paresia (parálisis parcial, espasmos o debilidad muscular repentina) del hemicuerpo derecho.
Con una expresión más fluida que la de los individuos afectados por la afasia de Broca pero menos que la de los casos de afasia de Wernicke, el síntoma diferenciador de la afasia de conducción es la incapacidad de repetición. El paciente sólo consigue emitir frases muy cortas y simples y, aunque la lectura en voz alta suele verse afectada, la comprensión se mantiene intacta o bien preservada. Puede presentar paresia del hemicuerpo derecho en la fase aguda del proceso, que casi siempre remite y no aparece en la fase crónica.
Las causas de las afasias son diversas. Cuando un adulto o un niño con edad suficiente para haber desarrollado la capacidad del lenguaje experimenta algún tipo de afasia de forma repentina cabe pensar en ictus, un problema isquémico (se disminuye de forma drástica el flujo sanguíneo de una zona concreta) o un traumatismo craneoencefálico. También existen infecciones víricas y bacterianas que afectan al cerebro o pueden producir afasias como consecuencia de un proceso inflamatorio.
En el caso de que la progresión de la afasia sea lenta, las demencias, el Alzheimer y el crecimiento de algunos tumores, tanto benignos como cancerosos, suelen ser los causantes.
Existen casos en los que las afasias remiten de forma espontánea una vez suprimida la causa que las produjo, aunque lo habitual es que se logre una mejora parcial que se complementará con ejercicios de rehabilitación. Esta rehabilitación puede durar hasta dos años y, pese a ofrecer muy buenos resultados excepto en enfermedades neurodegenerativas, demencias seniles y Alzheimer, la recuperación total de la capacidad del lenguaje dependerá mucho del punto de partida del individuo.
No se debe confundir la afasia con la apraxia del habla, pese a que ambas tienen un origen neurológico adquirido por daño cerebral y pueden presentarse de manera conjunta.
La apraxia del habla consiste en una dificultad para ejecutar de manera voluntaria los movimientos implicados en el habla y es causada por una lesión en las áreas corticales de asociación motora encargadas de la programación de los movimientos voluntarios de la boca, lengua, faringe y laringe.
Quien presenta apraxia del habla también tendrá problemas para tragar, masticar, silbar, tragar o besar con soltura, luego la afectación al lenguaje hablado no se corresponde con una afectación semántica sino que obedece a un problema cinético a la hora de ejecutar los movimientos.
Tampoco debe confundirse afasia con la disartria, un trastorno neuromuscular que afecta a la activación de los movimientos implicados en el habla, sin afectación de la planificación del movimiento.
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