La base que subyace a la aparición de las dificultades de aprendizaje podemos encontrarla en procesos psicológicos básicos, tales como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y la autorregualción
Las dificultades de aprendizaje han estado siempre presentes tanto en la etapa escolar como en la edad adulta de las personas que las padecen. Actualmente, debido a las múltiples investigaciones realizadas a este respecto, el avance de las técnicas empleadas y la mayor preparación de los profesionales podemos detectarlas, identificarlas e intervenir cuando se producen, de la forma más eficaz posible.
Estas dificultades del aprendizaje (DA) se suelen representar una de las principales causas tanto del bajo rendimiento como de fracaso escolar. Es por este motivo por lo que es primordial un conocimiento amplio de estas dificultades ya que este no solo nos proporcionará una mejor forma de detección y de intervención sino que también puede servir como herramienta para poder prevenir las posibles consecuencias asociadas.
Las DA pueden aparecer de forma simultánea por medio de problemas conductuales, así como también como déficits de tipo sensorial, retraso en el desarrollo de sus funciones cognitivas o trastornos emocionales. De tal manera que se hace patente la existencia de una discrepancia entre el rendimiento esperado y el rendimiento real del niño en relación con la edad madurativa de este.
Con este término nos estamos refiriendo a un conjunto heterogéneo de trastornos que de una manera u otra afectan al aprendizaje. Dichos trastornos se manifiestan en dificultades para realizar actividades básicas relacionadas con la adquisición de conocimiento como son: leer, escribir, hablar, realizar cálculos e incluso razonar.
De forma usual estos trastornos están producidos a una disfunción estructural presente en el sistema nervioso del individuo. Esto implica, que en muchos de los casos en los que aparecen, las DA sean de tipo crónico y como consecuencia de ello, acompañen al individuo durante toda su vida.
La base que subyace a la aparición de las dificultades de aprendizaje podemos encontrarla en procesos psicológicos básicos, tales como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción y la autorregualción; así como también factores de tipo motivacional y emocional.
Las DA suelen empezar a manifestarse cuando comienza la etapa escolar, ya que en ese momento es cuando se hacen patentes las dificultades en la adquisición de procesos básicos para el aprendizaje en las escuelas, como leer y escribir.
Como ya hemos comentado anteriormente, las dificultades de aprendizaje son un conjunto de trastornos y este hecho puede llegar a producir confusión entre ellos. Esta dificultad está producida por la falta de una definición clara y específica, porque existen puntos comunes entre los distintos trastornos implicados y también por las diferencias individuales presentes en los alumnos. Además, en ocasiones la causa detonante puede ser la combinación de varias razones lo que dificulta aún más el diagnóstico.
Cuando existen dificultades de aprendizaje la detección, y sobre todo que esa detección pueda hacerse lo antes posible, resulta crucial. Por ello es muy importante que las personas más cercanas a los niños: familia, profesores; estén pendientes de los posibles indicios que denoten la presencia de este tipo de casos con el fin de poder evaluar e intervenir lo antes posible.
Si tenemos en cuenta la edad de la persona con dificultades de aprendizaje podemos ver los siguientes síntomas o señales:
Es en este periodo en el que se comienza con el aprendizaje de habilidades como la lectura, el cálculo y la escritura. En esta etapa podemos observar:
Lo más probable es que llegados a esta etapa las dificultades de aprendizaje ya hayan sido detectadas y por tanto ya se haya intervenido a este respecto. Si esto no ha ocurrido nos podemos encontrar algunos indicios como los siguientes:
Las causas que pueden llegar a producir la aparición de dificultades de aprendizaje en una persona pueden ser muy variadas. Podemos establecer como una de las principales los factores neurobiológicos. Aspectos ligados a la carga genética, los déficits orgánicos, problemas relacionados con alteraciones de tipo bioquímico o problemas cognitivos o motores pueden ser ejemplo de ellos.
Normalmente la causa de las DA suele ser de tipo multimodal por ello a demás de hablar de los factores neurobiológicos también tenemos que mencionar las causas ambientales. Dentro de este tipo podemos citar, entre otras, las que provienen del contexto familiar o del contexto escolar.
En relación con este último factor aparece una de las explicaciones que más aceptación está teniendo en la actualidad. Esta concepción establece que el germen de las dificultades aprendizaje viene determinado por las discrepancias que se producen entre las características individuales del niño y las demandas a las que lo somete el contexto educativo. La idoneidad de la respuesta del alumno dependerá de su conocimiento y del dominio de técnicas para resolver la tarea propuesta.
Según el planteamiento anterior, los niños que presentan dificultades educativas suelen poseer el conocimiento, pero su problema radica en que no son capaces de utilizar las herramientas necesarias para completar la tarea de forma satisfactoria.
Podemos distinguir cinco tipos de DA en función de su gravedad, de la afectación presente en el individuo y de su nivel de cronicidad.
Suponen la categoría más baja en cuanto a gravedad se refiere. Normalmente no suelen prolongarse en el tiempo y para solucionarlas no es frecuente una intervención especializada. Estos problemas aparecen en alumnos con bajo rendimiento académico, pero con capacidades intelectuales suficientes como para obtener mejores resultados.
La aparición se suele relacionar con pautas educativas familiares que no son adecuadas. Si estos problemas no se resuelven pueden llegar a desembocar en un agravamiento de la situación escolar del alumno.
Nos encontramos ante problemas de gravedad moderada que implican dificultades en todas las materias académicas, desmotivación y conductas disruptivas en clase. Se suelen dar durante toda la vida escolar, aunque se encuentran con mayor frecuencia en la adolescencia.
La principal causa viene determinada por factores que tienen que ver con el entornos familiar, social y escolar. Estas dificultades tienen un buen pronóstico siempre y cuando se intervenga lo antes posible.
Estas dificultades están presentes desde las etapas iniciales del desarrollo provocando un deterioro de las formas normales de aprendizaje. Aunque sus causas nos son conocidas uno de los factores más relevantes tiene que ver con los aspectos genéticos y biológicos.
Estos casos suponen una gravedad moderada alta por lo que se hace necesaria la intervención específica, especializada y prologada.
Dentro de las dificultades específicas de aprendizaje más habituales podemos encontrar:
Las complicaciones provocadas por el TDAH tienen que ver con dificultades en la atención, la memoria de trabajo, la motivación, el afecto y el lenguaje. Las personas que padecen Trastornos de Déficit de Atención presentan limitaciones para ser capaces de controlar sus conductas y también para la autorregulación. Además, tienen dificultades en el control de la atención y la concentración.
En este caso hablamos de un retraso grave y crónico en el desarrollo. Se pueden conseguir avances, pero no la remisión total. Hablamos de personas con dificultades importantes en el aprendizaje escolar.
La causa suele estar centrada en alteraciones de tipo neurológico que provocan alteraciones en la atención, razonamiento y también un coeficiente intelectual bajo. Su progreso y rendimiento escolar es limitado pero su integración con el resto de la clase es totalmente posible y necesaria.
La evaluación de las dificultades aprendizaje deberá ir encaminada a valorar cuatro áreas principales:
Con la valoración de estos aspectos se puede establecer un diagnóstico, pero además obtendremos bastante información de partida que nos va a permitir diseñar una intervención lo más efectiva y adaptada a las necesidades específicas de la persona que sea posible.
Estos datos iniciales que hemos recogido nos servirán como línea base y nos permitirán compararlos con posteriores evaluaciones, con el fin de realizar un seguimiento de la evaluación de la persona y poder afirmar que la intervención practicada está siendo efectiva.
A continuación, exponemos algunos consejos para intentar intervenir con niños con dificultades de aprendizaje en distintos ámbitos:
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