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Disartría

5 Marzo 2020

Supone una dificultad en la articulación del habla además de todas las consecuencias asociadas a este tipo de disfunciones

El habla supone una herramienta básica en las interrelaciones de unas personas con otras. El lenguaje supone la piedra angular de la interacción social y es, sin lugar a duda, nuestra principal herramienta de comunicación con nuestros semejantes.

Queda claro que el habla es una habilidad esencial para nosotros, pero también supone una acción tremendamente compleja. Para llevar a cabo la expresión oral de forma normal es necesario controlar adecuadamente la respiración y también la musculatura de la faringe, la laringe, el paladar, la lengua y los labios.

En este sentido y teniendo en cuenta la complejidad que supone este proceso, puede ocurrir que existan problemas en algunos de los órganos implicados en la elaboración del lenguaje hablado. La disartria supone una dificultad en la articulación del habla además de todas las consecuencias asociadas a este tipo de disfunciones.

 

¿Qué es?

La disartria suele definirse como un trastorno de la programación motora del habla, es decir, supone una dificultad palpable para realizar los movimientos musculares necesarios para la correcta articulación de los sonidos que forman el habla.

Esta dificultad motora tiene como base un trastorno neurológico. El deterioro puede estar ubicado en cualquier parte de la conexión existente entre el músculo y el cerebro. En consecuencia, los músculos implicados en la producción del habla pueden presentar debilidad o inmovilidad parcial o total, lo cual repercute directamente en la capacidad de articulación de una persona.

El tipo, la gravedad y el pronóstico de la disartria va a depender de la parte del sistema nervioso que esté afectada.

 

Síntomas

Los síntomas de la disartria van a variar en función de factores como el tipo de disartria y la causa que la provoca. Dentro de esos síntomas podemos enumerar los siguientes:

  • Lentitud en el ritmo del habla
  • Existencia de balbuceo
  • Tener problemas para regular el volumen de la voz. Incapacidad para conseguir hablar a un volumen más alto que un susurro o hablar con un
  • volumen demasiado elevado.
  • Un ritmo rápido al hablar que resulta difícil de comprender al interlocutor.
  • Presencia de una voz con predominancia nasal y con un sonido áspero y forzado.
  • Existencia de un ritmo marcadamente irregular o anómalo en el habla.
  • Irregularidad en el volumen al hablar
  • Habla con un ritmo monótono.
  • Existe dificultad manifiesta para realizar movimientos con la lengua o los músculos faciales.

 

Causas

La disartria puede estar provocada por multitud de causas. La mayoría de ellas tienen que ver con alguna enfermedad o lesión que afecta al sistema nervioso. Entre esas causas podemos citar:

  • Presencia de una lesión cerebral
  • Existencia de un tumor cerebral
  • Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)
  • Parálisis cerebral infantil
  • Esclerosis múltiple
  • Síndrome de Guilliain-Barré
  • Presencia de alguna lesión en la cabeza
  • Enfermedad de Huntington o Corea de Huntington
  • Enfermedad de Lyme
  • Parkinson
  • Presencia de algún tipo de distrofia muscular
  • Miastenia grave
  • Enfermedad de Wilson
  • Un accidente cerebrovascular

Además de estas causas también existe la posibilidad de que determinados narcóticos o sedantes puedan llegar a producir disartria.

En relación con estas causas también es necesario que hablemos de otras complicaciones que pueden estar asociadas a la presencia de disartria. Estas complicaciones pueden influir en el pronóstico del cuadro que presente el paciente.

No hay que olvidar que cuando hablamos de disartria, estamos hablando de una afectación del habla y por tanto de una limitación en las habilidades comunicativas de una persona. Estas dificultades pueden provocar en el individuo que las padece:

  • Dificultades en las relaciones sociales: Los problemas existentes en la comunicación pueden crear importantes dificultades a la hora de relacionarse con el entorno. Las relaciones sociales, en algunos casos, se convierten en un auténtico desafío y una fuente importante de ansiedad.
  • Depresión: Como consecuencia de las dificultades sociales, comentadas en el punto anterior, puede ocurrir que la persona se encuentre en una situación de aislamiento social y esto puede llevar al desarrollo de un estado depresivo.
  • Baja autoestima: El hecho de que una persona tenga dificultad para comunicarse puede llevarle a que disminuya su percepción de autoeficacia en este sentido, lo cual implicaría un descenso de su autoestima. Ese malestar consigo mismo a la hora de hablar puede llevar a una persona a mantener una conducta de evitación con esas situaciones de interacción.

 

Tipos

Es posible diferenciar varios tipos de disartria teniendo en cuenta la localización dentro del Sistema Nervioso Central de la lesión o afectación que la ha provocado:

  1. Disartria flácida: Se produce por la afectación de las neuronas de la médula espinal o de los nervios craneales. La lesión en esta unidad motora inferior implica la existencia de la alteración de los movimientos voluntarios, automáticos y reflejos, produciendo, a su vez, flacidez y parálisis con la consiguiente disminución de los reflejos musculares. También se presenta atrofia muscular, dificultad para mover la musculatura ocular y del cuello, puede existir alteración en la respiración, afectación en la lengua y en los movimientos del paladar, disminución del reflejo que provoca las náuseas, debilidad de las cuerdas vocales y problemas en la deglución. La voz aparece excesivamente nasal, ronca y con poca intensidad, la articulación de las consonantes aparece distorsionada.
  2. Disartria espástica: Se produce cuando existe un daño en las vías de activación tanto directa como indirecta que comunican la corteza con el tronco cerebral y la médula espinal. Este tipo de lesiones produce espasticidad y debilidad en un lado del cuerpo, así como también afectación de la fonación y la respiración. Las personas con este tipo de disartria presentan un tono bajo y monótono, voz ronca, dificultad en la articulación, habla lenta, frases cortas con interrupciones tonales o de respiración. En ocasiones, también pueden aparecer faltas de control emocional que se manifiestan con un inicio súbito de llantos o risas excesivas sin ningún motivo aparente.
  3. Disartria atáxica: Se encuentra producida por lesiones en el cerebelo provocando una afectación en la fonación que tiene como consecuencia una voz áspera, monótona y con muy pocas variaciones en la intensidad. También se pueden apreciar distorsiones en la articulación del habla y alteraciones en la prosodia por exceso de énfasis en sílabas determinadas.
  4. Disartria por lesiones en el Sistema Extrapiramidal: Las lesiones en este sistema pueden provocar dos tipos de disartria:
    • Hipocinética: Se caracteriza por movimientos lentos, rígidos y limitados. Parecen movimientos repetitivos en los músculos del habla, con voz débil, articulación con defectos, ausencia de inflexión, las frases son cortas, existe monotonía tonal y ritmo articulatorio variable.
    • Hipercinética: Su característica principal es la afectación de forma simultánea o sucesiva de todas las funciones motoras básicas. Es imposible predecir su ocurrencia en el tiempo. Entre los trastornos más importantes podemos encontrar coreas, atetosis y temblores.
  5. Disartria mixta: Supone la forma más compleja de disartria. En ella la disfunción del habla surge como resultado de la combinación de distintas afectaciones en distintos sistemas motores implicados en la articulación del habla.

 

Diagnóstico

Para llegar a un diagnóstico de disartria es necesario que un especialista realice una evaluación exhaustiva, no solo para llegar al diagnóstico sino también para determinar las causas, los síntomas y los posibles factores que influyan en dicho diagnóstico. Con todo ello será más fácil establecer una intervención personalizada para el paciente.

En ese proceso de evaluación se tiene en cuenta aspectos como el movimiento de los labios, la lengua y también la cara. Además, se tiene en cuenta la integración de las funciones respiratorias en el habla, el timbre y la voz.

Además de realizar una exploración física también se pueden realizar otro tipo de pruebas que ayuden a afinar más el diagnóstico:

  • Pruebas de diagnóstico por imágenes: Estas pruebas crean imágenes detalladas del cerebro, la cabeza o el cuello. Por medio de ellas puede ser más fácil encontrar el origen de la disartria.
  • Estudios de los nervios y el cerebro. Por medio de un electroencefalograma o un electromiograma, podremos tener un registro de la actividad cerebral y nerviosa, respectivamente. Estos datos pueden sernos de utilidad para el establecimiento de un diagnóstico.
  • Análisis de sangre y orina: Con ellos podríamos descartar o confirmar la presencia de una posibles enfermedad infecciosa o inflamatoria.
  • Punción lumbar: Consiste en extraer una muestra de líquido cefalorraquídeo. Tras su análisis se pueden detectar infecciones o trastornos del Sistema Nervioso Central.
  • Biopsia cerebral: Se extrae una pequeña muestra del tejido cerebral para analizarlo.

 

Tratamiento

La intervención deberá ser lo más adecuada al paciente posible, por lo que esta dependerá de los síntomas, el tipo de disartria, y las características especificas de la persona y su entorno.  Dependiendo de la causa, por ejemplo, en el caso de una infección el facultativo podrá recetar algún fármaco o tratamiento para eliminarla y paliar sus síntomas.

Los posibles objetivos de una intervención pueden ser:

  • Mejorar las funciones respiratorias para conseguir que la persona pueda hablar más alto.
  • Conseguir ajustar la velocidad del habla.
  • Fortalecimiento de los músculos implicados en la articulación del habla.
  • Aumentar el movimiento de la boca, la lengua y los labios.
  • Mejorar la articulación con el fin de que el paciente pueda hablar con una mayor claridad.
  • Orientar y formar a los cuidadores del paciente estrategias para que la comunicación sea más fácil y eficaz.
  • En los casos de mayor gravedad utilizar métodos alternativos de comunicación.

 

¿Qué se puede hacer para mejorar la comunicación con la persona con disartria?

 

Recomendaciones para la persona con disartria

  • Tratar de introducir el tema del que quiere hablar con una sola palabra o frase corta.
  • En la medida de lo posible intentar verificar que el interlocutor está entendiendo su mensaje.
  • Hablar despacio y en un volumen alto.
  • Intentar hacer pausas frecuentes.
  • Limitar la conversación en momentos de cansancio ya que se será más difícil hacerse entender.
  • Si aparece la frustración por no poder expresarse oralmente utilizar medios de comunicación alternativos.

 

Recomendaciones para los oyentes

  • Intentar reducir tantos las distracciones como los ruidos de fondo.
  • Prestar a tención a nuestro interlocutor y a lo que está intentando decir.
  • Mantener contacto visual con la persona que nos habla.
  • Indicar claramente cuando no hemos entendido algo.
  • Repetir solo la parte que hemos entendido así nuestro interlocutor nos tendrán que repetir todo el mensaje.
  • Hacer preguntas cerradas sobre le mensaje para que el interlocutor solo tenga que contestar si o no.

 

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