De manera sorprendente, un tercio de la vida la pasamos durmiendo. Por este motivo dormir es un proceso esencial en la vida de cualquier persona.
Durante el sueño se producen una serie de procesos biológicos con diferentes funciones, entre otros, recuperar fuerzas, descansar, ayudar a procesar la información, asentar aprendizajes adquiridos en el día.
En la mayoría de los mamíferos, y también en las aves, se suceden de forma inalterable dos comportamientos, uno de actividad (vigilia), y otros de inactividad y quietud (sueño) donde la conciencia y el recuerdo son limitados.
Cuando dormimos se produce el sueño, que es el estado de reposo que suspende la actividad consciente y, con ello, los movimientos voluntarios.
El sueño es un proceso motivacional que cumple una función vital necesaria. Gracias al sueño nos sentimos descansados y con energía en el día a día, podemos procesar y aprender nueva información, reflexionar y crear los recuerdos. A nivel físico, el sueño ayuda a descansar los sistemas vitales, como el corazón y el sistema vascular.
También aumenta la masa muscular y la reparación de células.
A nivel hormonal, durante el sueño se liberan las hormonas del crecimiento, de vital importancia en la niñez. En la adolescencia se liberan las hormonas sexuales que promueven la fertilidad.
Aunque todas las personas necesitamos dormir las necesidades de sueño pueden variar entre unos y otros, es decir, las horas de sueño necesarias en las personas varían.
Las recomendaciones de salud para un sueño saludable son las siguientes:
Durante el sueño, así como durante la vigilia, se producen unos cambios a nivel físico, biológico y electrofisiológico que hace posible diferenciar algunas fases.
En el estado de vigilia, a nivel electrofisiológico se produce un cuadro de actividad eléctrica desincronizada de ondas de alta y baja frecuencia. Por ejemplo, se pueden observar las ondas de actividad Beta que son ondas irregulares de baja frecuencia que aparecen cuando una persona está en alerta o pensando intensamente.
Por otro lado, cuando cerramos los ojos y nos relajamos (o cuando nos aburrimos) aparecen otras ondas de actividad Alfa, que al contrario que las anteriores son ondas regulares de frecuencias altas y bajas.
¿Qué sucede durante el sueño? A medida que nos vamos quedando dormidos hasta que estamos en sueño profundo suceden cinco fases de actividad cerebral diferenciada, donde algunas de ellas se repiten de manera secuencial durante las horas de sueño.
Prestando atención a la secuencia anterior podemos diferenciar dos tipos de fases durante el sueño, el sueño REM (fase 5) y el sueño no REM (fases 1, 2, 3 y 4). Durante las horas de sueño las fases de sueño REM y no REM se alternan en ciclos. Cada ciclo puede durar aproximadamente 90 minutos, incluyendo un periodo de sueño REM de 20-30 minutos.
Características del sueño REM (también llamado sueño paradójico):
Los trastornos del sueño son los problemas relacionados con la propia actividad de dormir. Pueden ser desde problemas para conciliar el sueño, hasta comportamientos atípicos durante el sueño.
Las consecuencias de los trastornos del sueño pueden ser específicas a una actividad, como perjudicar la habilidad para conducir, o general a todos los aspectos de salud, como aumentar el riesgo de enfermedades.
Por ejemplo, el sueño está muy relacionado con el sistema inmunitario, de tal manera que la falta de sueño puede debilitar este sistema y aumentar así las probabilidades de tener alguna enfermedad vírica, o perjudicar la recuperación cuando se está enfermo.
Los trastornos del sueño también pueden estar relacionados con la aparición de otras enfermedades como diabetes, obesidad, o enfermedades cardiovasculares.
Antes del diagnóstico de un trastorno del sueño pueden aparecer algunos síntomas que pueden variar desde los problemas de respiración durante el sueño, una excesiva somnolencia durante el día, o problemas para regular el ciclo sueño-vigilia, entre otros.
Existen decenas de tipos diferentes de trastornos del sueño. Se suelen agrupar en categorías según las causas, las consecuencias, los problemas de respiración que los acompañan, o el nivel de somnolencia durante el día.
En este artículo vamos a detallar las cuatro categorías de trastornos del sueño que se utilizan habitualmente.
Es común que aparezca cuando se cambia de zonas horarias (trastorno del desfase horario, jet lag), o cuando se trabaja en actividades por turnos rotativos, sobre todo en los horarios nocturno.
Otros trastornos de irregularidad del sueño son los trastornos de fase retrasada (por ejemplo, adolescentes que se acuestan tarde y se despiertan tarde), o trastornos de fase avanzada (por ejemplo, adultos mayores que se acuestan muy temprano y se despiertan muy temprano).
Existe una gran variedad de conductas inusuales que pueden aparecer durante el sueño, algunas de ellas son el sonambulismo, las pesadillas, los terrores nocturnos, la parálisis del sueño, somniloquía (hablar dormido), o el sexsomnio (iniciar de manera inconsciente una actividad sexual). En todos los casos los comportamientos se perciben como extraños.
Las causas de los trastornos del sueño son variadas, al igual que su duración. En algunos casos, el trastorno puede desaparecer de manera repentina, en otros casos es necesaria la intervención médica especializada.
Para el diagnóstico generalmente se elabora una historia del paciente en la que se recoge información sobre la hora de ir a dormir y el despertar, el tiempo que se requiere para quedarse dormido, si hay ronquidos o despertares nocturnos, o si existe somnolencia diurna. Para esto suele ser habitual realizar un registro durante algunas semanas por parte del paciente.
Al mismo tiempo se realiza una recopilación de información sobre antecedentes personales o familiares de trastornos o dificultades del sueño. Tras la interpretación de toda la información, los especialistas pueden realizar un diagnóstico o solicitar pruebas complementarias para observar detalles de la conducta de sueño.
Las pruebas de evaluación complementarias utilizan técnicas e instrumentos específicos, como la polisomnografía, que registra de la actividad cerebral, de la respiración, del ritmo cardíaco, de la actividad muscular y de los niveles de oxígeno en la sangre mientras se duerme.
No dormir bien o tener una mala calidad del sueño puede afectar a la salud en general. Aparte de los trastornos del sueño nombrados en el apartado anterior, a menor escala no dormir bien puede afectar al rendimiento diario, hacernos sentir cansados y perjudicar la habilidades cognitivas y físicas.
Concretamente, una mala calidad del sueño, o la privación de horas, puede tener los siguientes efectos:
Son muchos los factores que nos rodean en el día a día, familia, trabajo, aficiones, pareja o amigos, por lo no es extraño que en algunas etapas de la vida resulte más difícil conciliar el sueño y tener un sueño reparador.
Para dormir bien es importante prestar atención y tratar tanto al cuerpo como la mente, puesto que son ambos componentes los que se reparan durante el sueño.
No es posible controlar todos los factores que están involucrados en el sueño, ni los físicos ni los biológicos. Sin embargo, sí es posible promover y controlar algunos hábitos que se saben que mejoran la calidad del sueño. Aquí dejamos diez claves para promover un sueño saludable:
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