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La atención sostenida

19 Febrero 2020

La capacidad de mantener la vigilancia y concentración en un mismo foco atencional durante un periodo estable de tiempo.

“La atención no es solamente la capacidad mental para captar la mirada en uno o varios aspectos de la realidad y prescindir de los restantes, es el tomar posesión por parte de la mente, de forma clara y vívida, de uno entre los que parecen simultáneamente varios posibles objetos del pensamiento. Su esencia está constituida por focalización, concentración y conciencia. Atención significa dejar ciertas cosas para tratar efectivamente otras”.

Williams James. 

 

Para desenvolvernos en el mundo que nos rodea tenemos que prestar atención. Para poder aprender y entender de las diferentes circunstancias de un contexto es necesaria la atención sostenida. 

La atención sostenida consiste en mantener la capacidad de vigilancia y concentración durante un periodo estable de tiempo. Mantener un mismo foco atencional durante un periodo de tiempo conlleva un gran esfuerzo puesto que debemos desechar otra información que procede de los otros sentidos y, además, debemos utilizar los recursos atencionales que son limitados. 

La atención, de manera elemental, es la capacidad cognitiva responsable de mantener la alerta y la vigilancia sobre los estímulos que nos rodean. Es decir, es la capacidad de seleccionar y dirigir la activación cognitiva hacia aquello que entendemos relevante en un momento dado. Gracias a la atención extraemos la información de los elementos esenciales y se organiza la actividad mental. 

No podemos hablar de una sola capacidad de atención sino de varios tipos. Podemos dividir la capacidad de atención en atención selectiva, atención focalizada, atención dividida, y la capacidad que vamos a tratar en este artículo, la atención sostenida. 

La capacidad de atención, tanto elemental como sostenida, es limitada en los recursos activos que permiten la selección y dirección del foco atencional, así como en el tiempo que pueden permanecer activos

Podemos dirigir nuestra atención a un foco o varios durante un periodo de tiempo, aunque en algún momento será imposible que se pueda abarcar otra información nueva o por mucho tiempo más. 

Una de las características más importantes de la atención sostenida es que fluctúa a lo largo del tiempo. En los últimos años se ha intentado establecer cuánto tiempo un individuo es capaz de estar atento y concentrado en una tarea. A día de hoy no tenemos una respuesta clara. Existen estudios que muestran un límite de 8 segundos, así como de 10 y 50 minutos, con una buena cantidad de alternativas intermedias. 

Tenemos que tener en cuenta que la capacidad de atención sostenida, como mecanismo activo e individual, además de sufrir fluctuaciones se va modificando a través de la práctica. Así, si desde etapas tempranas favorecemos su práctica podremos encontrar adultos con mejores capacidades. De igual modo a lo largo de la adultez. 

 

Dificultades de atención sostenida

Las personas que presentan dificultades relacionadas con las capacidades de atención, al igual que aquellas personas que presentan problemas de atención sostenida, pueden presentar alguno de los siguientes comportamientos:

  • Facilidad de distracción 
  • Dificultad en el procesamiento de la información
  • Problemas de memoria
  • Enlentecimiento 
  • Pérdida de información de los detalles de una tarea o de una situación
  • Dificultad para mantener conversaciones extensas
  • Evitación de tareas que requieran ejercer un esfuerzo mental

 

Déficits de atención sostenida

Los déficits de atención se observan más fácilmente en las etapas del desarrollo (infantil y primaria), pudiendo causar dificultades en el aula y un bajo rendimiento escolar. También en adultos es posible observar algunos trastornos o déficits relacionados con la atención. 

En la etapa infantil y primaria estas dificultades adquieren mayor importancia puesto que se asocia con la aparición de dificultad de adquisición o falta de orientación, peor mantenimiento de la atención, e interferencia en el desarrollo de otros procesos psicológicos. 

Como hemos dicho previamente, no podemos hablar de una sola capacidad de atención, de igual modo no podemos hablar solo de atención sostenida por lo que el trastorno que nombramos a continuación aúna diferentes problemas de atención, o a la unión de varios déficits atencionales conjuntos. 

El trastorno de atención más conocido y usual es el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Según el DSM-5, el TDAH consiste en una falta de atención persistente con hiperactividad que interfiere en el funcionamiento diario o en el desarrollo. La persona que lo padece puede, además, tener la característica de inatento y/o hiperactividad e impulsividad. 

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, de inicio en la infancia y que permanece durante toda la vida. Se puede diagnosticar como un trastorno cuando la interferencia causada se produce tanto en el hogar, como en la escuela o en otros entornos. El comportamiento del niño se debe observar en comparación con aquellos de su misma edad y situación sociocultural. 

 

Cómo mejorar la capacidad de atención sostenida

Al igual que con cualquiera de las capacidades y habilidades que podemos poseer, es posible mejorar cualquier capacidad de atención con un poco de práctica y de entrenamiento. Las diferencias individuales dirán si la práctica deberá ser más intensa o más habitual.

La utilización de estrategias atencionales está estrechamente relacionada con los procesos cognitivos que se activan ante determinadas situaciones. Además, la atención está influenciada tanto por la propia capacidad y disposición de un individuo para atender como por la dificultad y requerimientos de la tarea.

Además de la atención sostenida, los ejercicios que proponemos a continuación son ejercicios que pueden favorecer todos los tipos de atención, además de otros procesos cognitivos como la memoria o la velocidad de procesamiento. 

  • Recordar secuencias de números o letras en sentido directo e inverso. Se comenzará por aprender un número reducido de elementos para ir aumentando poco a poco. 
  • Buscar diferencias entre imágenes. Se trata de los típicos pasatiempos de “encuentra la diferencia”. En ellos se trabajan diferentes capacidades de atención, como focalizada y sostenida. 
  • Ejercicios de búsqueda visual. Consisten en diferentes conjuntos de elementos mezclados en los que se debe encontrar lo más rápido posible un único elemento distinto a los demás, o rodear un elemento en concreta tantas veces se repita. 
  • Escribir números inversos. Se presentan números de diferentes longitudes y se debe escribir al lado el inverso de dicho número. 
  • Leer. La lectura fomenta las capacidades de atención, además de activar otros procesos cognitivos. 
  • Descansar. Como en todos los casos en los que es necesario trabajar con el cuerpo y la mente es imprescindible descansar lo suficiente para poder tener un rendimiento óptimo de los procesos cognitivos. 

Si el aprendizaje de una tarea en la que se ha activado el proceso de atención sostenida llega a su fin de manera eficiente y funcional, la conducta pasará a formar parte de los comportamientos automáticos de cada uno de nosotros. Por ejemplo, este hecho es fácilmente reconocible en los lectores, o en aquellas personas que conducen un automóvil.

 

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