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La música como terapia

16 Febrero 2017

En muchas ocasiones oímos hablar de los beneficios para la salud que proporciona escuchar música, incluso de su uso terapéutico, en especial en personas diagnosticadas de demencia.

Recientemente la investigadora Carmen Cabañés en una tesis doctoral que tenía como objetivo medir la efectividad de distintas terapias no farmacológicas, concluía que las sesiones de musicoterapia permitían reducir la ansiedad, la depresión y el estrés en pacientes con grado leve de Alzheimer.

Sin embargo, la hemeroteca científica ya cuenta con numerosos artículos que abordan los beneficios de la música para la salud.

 

Evidencias científicas al respecto.

De los muchos estudios que se han realizado, quizás el más interesante, es uno publicado por la revista Nature en 2011, llevado a cabo por un equipo de la Universidad McGill de Montreal(1).

Antes de este estudio, sólo existían experimentos que utilizaban técnicas de neuroimagen para relacionar la emoción y los circuitos de recompensa del cerebro con la escucha agradable de música.

En esta ocasión, se ponía de manifiesto (por primera vez) el papel de la dopamina en este proceso usando distintas técnicas de medición objetiva: como la tomografía de emisión de positrones (PET), que permitía observar las liberaciones de dopamina en distintas regiones del cerebro; mediciones de patrones psicofisiológicos, que permitía observar los picos de respuestas emocionales (lo que coloquialmente conocemos como “escalofríos”); o la resonancia magnética funcional (IRMf), que es también una conocida técnica para observar la actividad cerebral.

Además, en este experimento los participantes realizaban dos escuchas, una de música agradable y otra de música neutral, siempre bajo el criterio del mismo participante.

 

Resultados obtenidos

Según los propios investigadores, se trataba de la primera evidencia directa de que el intenso placer experimentado al escuchar música está asociado con la actividad de la dopamina en el sistema de recompensas.

Durante el estudio, pudieron constatar por ejemplo que el número de escalofríos reportados por los oyentes, se correlacionó con la liberación de dopamina mostrada por el escáner (PET). Hay que resaltar no obstante, que los escalofríos no son necesariamente placenteros, ya que pueden ser desagradables en otros contextos (por ejemplo, como resultado de un miedo intenso). En cualquier caso, los escalofríos son marcadores fisiológicos de una intensa excitación del SNA (Sistema Nervioso Autónomo) .

También apuntaban a que los beneficios no son fácilmente trasladables de un individuo a otro, ya que existe una gran variabilidad entre las preferencias musicales.

Explican que:

a través de complejos mecanismos cognitivos, los seres humanos son capaces de obtener placer de la música, una recompensa altamente abstracta consistente en una secuencia de tonos que se despliegan con el tiempo, comparable al placer experimentado por los estímulos biológicos más básicos.

De hecho, estos mismos investigadores (la neurocientífica Valorie Salimpoor y el profesor de neurociencias Robert Zatorre, entre otros) llegaban a comparar estas sesiones con el sexo.

Una explicación de este fenómeno es que está relacionada con la mejora de las emociones.

Las emociones inducidas por la música son evocadas, entre otras cosas, por fenómenos temporales, tales como expectativas, retardo, tensión, resolución, predicción, sorpresa y anticipación.

 

Conclusiones

Los seres humanos experimentan placer intenso a ciertos estímulos, como la comida, las drogas psicoactivas y el dinero; Estas recompensas son en gran medida mediadas por la actividad dopaminérgica en el sistema mesolímbico, que está implicado en el refuerzo y la motivación.

Estos estímulos gratificantes son los reforzadores biológicos necesarios para la supervivencia,

Sin embargo, los seres humanos tienen la capacidad de obtener placer a partir de estímulos más abstractos, como la música y el arte, que no son directamente esenciales para la supervivencia.

Estos estímulos han persistido a través de las culturas y las generaciones y son preeminentes en la vida de la mayoría de las personas, siendo muy variable entre distintos individuos y muy específica a preferencias culturales y personales.

 

Referencias

  1. Anatomically distinct dopamine release during anticipation and experience of peak emotion to music. Valorie N Salimpoo, Mitchel Benovoy, Kevin Larcher, Alain Dagher & Robert J Zatorre. 2011.
  2. ARTÍCULO COMPLETO.
  3. Why Music Makes Our Brain Sing. Robert J Zatorre, Valorie N Salimpoo. 2013.
  4. Musicoterapia para reducir la ansiedad, depresión y estrés en pacientes con grado leve de Alzheimer. Europa Press. 9-Feb-2017.

 

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