La memoria a largo plazo implica recordar información presentada tras un intervalo amplio desde el momento en que se estudió la información.
Puede descomponerse en algunos sistemas de memoria como la memoria episódica o la semántica:
Las disminuciones con la edad en la ejecución en tareas de memoria episódica es uno de los fenómenos más evidentes asociado al envejecimiento. En general, las diferencias relacionadas con la edad son mayores cuanto más difíciles sean las tareas episódicas y cuando éstas implican procesamiento más deliberado, ya sea en la codificación o en la recuperación.
Los programas de entrenamiento cognitivo suelen incluir algunas tareas episódicas.
En el estudio ACTIVE se enseñan estrategias de memoria para recordar listas y secuencias de ítems, textos, las ideas principales y los detalles de las historias y otra información de textos. Los ejercicios de entrenamiento implican tareas de memoria episódica de laboratorio, así como tareas relacionadas con actividades cotidianas (como el recuerdo de una lista de la compra). Con personas sanas se han obtenido mejoras inmediatas tras este tipo de entrenamiento (p.e., Ball et al., 2007). Sin embargo, en el estudio ACTIVE se aplicó a una muestra de personas con DCL y no se comprobó mejoras en memoria (Unvergatz et al., 2009).
Independientemente de que se enseñen estrategias de memoria, en numerosos programas de entrenamiento se incluyen tareas de memoria episódicas, como pueden ser pares que se presentan para el aprendizaje (p.e., monumento, país), o familiarizarse con sonidos de instrumentos musicales que luego se deberán identificar, así como algunos patrones de tiempo (memoria auditiva).
Las tareas que implican orientación espacio / temporal pueden considerarse también tareas episódicas, ya que pretenden entrenar la contextualización espacio temporal de los recuerdos de la persona. En muchos programas de entrenamiento se incluyen diarios y calendarios para señalar el momento y lugar en el que se encuentran y algún dato adicional que pueda servir de clave de recuerdo posterior de un episodio concreto.
También se han utilizado el recuerdo de actividades inusuales realizadas en la última semana. Estas actividades parece que mejorar la orientación espacio- temporal de los mayores sanos y con DCL (Bottino, et al., 2005). En personas con demencia leve o moderada, los resultados indican una ligera mejoría en las puntuaciones del MMSE respecto al grupo control. Igualmente, para la Alzheimer’s Disease Assessment Scale Cognition. No aparecieron sin embargo efectos significativos en los resultados conductuales y funcionales (Onder et al., 2005).
Un ejemplo de este tipo de tareas es el tablero de orientación a la realidad. Se trata de mostrar información personal y claves de orientación espacio-temporales, incluyendo el nombre del grupo (elegido por los participantes), al inicio de cada sesión de entrenamiento. La idea es proporcionar claves, recordando a la gente el nombre y naturaleza del grupo, y crear cierto sentido de continuidad.
En un estudio realizado con personas con demencia, al final del seguimiento, el grupo entrenado tuvo puntuaciones significativamente más altas en medidas cognitivas (MMSE y una escala de valoración de Alzheimer) y calificaron su calidad de vida más positivamente de lo que lo hizo el grupo de control (Spector et al., 2003).
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