INDICE

Agnosia

9 Enero 2024

Se denomina agnosia a la incapacidad de procesar alguna información sensorial y es debida a varias enfermedades neurológicas o a lesiones en la frontera occipitotemporal del cerebro.

Es importante señalar que, para que se pueda hablar de agnosia, los órganos sensoriales no deben estar dañados. No es lo mismo el caso de que una persona ciega reconozca un libro solo por el tacto, pues no puede verlo, a un caso de agnosia visual en el que la persona ve un libro pero es incapaz de reconocer de qué objeto se trata (cuando debería reconocerlo porque los ha visto y reconocido con anterioridad), y necesita tocarlo y pasar sus páginas para saber que se trata de un libro, un diario o un cuaderno.

 

Tipos de agnosias

Las agnosias se clasifican atendiendo a dos criterios, en función de la etapa perceptiva y en función de la modalidad. Según la modalidad, las agnosias se agrupan teniendo en cuenta el tipo de elemento no reconocido, y así se puede hablar de:

  • Agnosias visuales. Constituyen la categoría más extensa de agnosias, tanto como para que las clasificaciones de las agnosias dependiendo de la etapa perceptiva se apliquen casi exclusivamente a las agnosias visuales. De hecho, se divide este enorme grupo en agnosias visuales perceptivas y aperceptivas:
    • La agnosia visual aperceptiva se asocia con un daño o lesión en el hemisferio derecho del cerebro. Quienes la sufren son capaces de percibir contornos y formas de objetos pero no logran clasificarlos o englobarlos en una categoría (por ejemplo, “redondo”).
    • Por contra, quienes presentan agnosia visual perceptiva o asociativa son incapaces de encontrar el nombre de ese objeto conocido que se les muestra. Este tipo de agnosia es debida a daños en uno o ambos hemisferios del cerebro, en el borde occipitotemporal.
      • Dentro de la agnosia visual asociativa existen más subgrupos, siendo tal vez el más famoso la prosopagnosia, que consiste en la dificultad para reconocer rostros de personas conocidas, como pueden ser familiares o amigos, mientras que el resto de los estímulos visuales son procesados de forma correcta. A este grupo también pertenece la agnosia cromática, que no debe confundirse con el daltonismo, la cinetagnosia o capacidad para estimar visualmente la velocidad de un objeto, y la alexia o agnosia de las palabras, la pérdida total o parcial de la capacidad previamente adquiridas de leer debida a un daño neurológico en el cerebro.
  • Agnosias verbales o agnosias auditivas. Consisten en la incapacidad para comprender palabras escuchadas pese a que las capacidades para hablar, leer y escribir no se ven afectadas.
  • Agnosia olfativa.
  • Agnosia gustativa.
  • Agnosia táctil. Ante una agnosia táctil lo primero que se debe descartar es una lesión neurológica externa al cerebro. Por ejemplo, un pinzamiento, una hernia discal o la inflamación debida a un traumatismo pueden hacer que uno o más dedos de una mano se muestre entumecidos o, incluso, insensibles a todo estímulo, y eso no significa que exista lesión en el cerebro ni que estemos ante una agnosia. De igual manera, la ruptura de un nervio como consecuencia de un corte o de falta prolongada de riego sanguíneo produciría síntomas similares sin ser tampoco un caso de agnosia.
  • Agnosia espacial. Cuando se experimenta incapacidad de orientarse se habla de agnosia topográfica.

 

En función de la etapa perceptiva, se puede hablar de los siguientes tipos de agnosias. Casi todos ellos se refieren a agnosias visuales.

  • Akinetopsia o incapacidad para percibir de forma visual el movimiento.
  • Agnosia visual aperceptiva, en la que los afectados no logran distinguir entre diferentes formas visuales, y esto les impide reconocer el objeto. También les impide copiarlo en un dibujo, cosa que quienes sufren de agnosia visual asociativa sí son capaces de hacer.
  • Agnosia visual asociativa. Se perciben las características físicas de un objeto mediante la vista, incluso pueden llegar a saber de forma aproximada para qué sirve, aunque los pacientes afectados por agnosia visual asociativa no son capaces de nombrar el objeto visto y, en ocasiones, tampoco llegaron a utilizarlo correctamente.
  • Agnosia verbal auditiva. Se la considera un tipo de sordera, aunque muy particular porque el ella la audición está intacta. No obstante, el paciente no logra discernir el significado semántico de las palabras que escucha.
  • Sordera cortical. El paciente tiene la audición intacta pero lo logra percibir sonido alguno.
  • Fonagnosia. Incapacidad para reconocer voces familiares aunque sí se comprende el contenido semántico de las palabras o se distinguen las sílabas. El paciente sí reconoce que escucha una voz y lo que dice esa voz, pero no acierta a decir a quién pertenece.
  • Agnosia ambiental o incapacidad de ubicarse dentro de una habitación o un edificio que es familiar. Los pacientes aquejados de este síntoma tampoco son capaces de dar sencillas indicaciones sobre cómo llegar a un lugar cercano. Puede ser uno de los síntomas dela enfermedad de Parkinson.
  • Agnosia digital. Incapacidad de distinguir los dedos en una o ambas manos. Síntoma de la enfermedad de Gerstmann.
  • Prosopagnosia o ceguera facial es la incapacidad de reconocer visualmente caras familiares o el propio rostro, y no debe confundirse con la incapacidad para recordar los nombres de las personas del círculo más cercano.
  • Agnosia dolorosa. Dificultad o incapacidad para percibir dolor. Supone un peligro para quien la sufre, pues no es capaz de distinguir si se ha quemado con una ducha caliente o se ha roto una pierna al caerse.
  • Acromatopsia cerebral. Dificultad para distinguir colores a causa de un daño cerebral, que no debe confundirse con el astigmatismo. Los afectados perciben el mundo casi en blanco y negro, con escalas de grises que les hace complicado percibir las diferencias entre dos colores diferentes con un brillo y contraste similar.
  • Anosonogsia. Incapacidad para obtener retroalimentación sobre la propia información. No debe confundirse con una falta de comprensión. Se observa con frecuencia asociado a la parálisis causadas por un ictus.

 

Tratamiento de las agnosias

Al ser debidas siempre a un daño neurológico, no existe una cura definitiva de las agnosias aunque sí pueden mejorar con ejercicios de rehabilitación, terapias ocupacionales o el desarrollo de mecanismos compensatorios. Algunas de estas terapias logran crear nuevas conexiones neuronales, como sucede con la rehabilitación vestibular que puede ayudar a pacientes con vértigo (aunque el vértigo no es una agnosia, pues en el caso del vértigo existe daño o lesión en el oído).

En ocasiones, este tipo de terapias que crean nuevas conexiones y redes neuronales deben realizarse de forma regular durante toda la vida, es decir, no se trata de una rehabilitación tal y como se entiende normalmente, sino de un entrenamiento de los mecanismos compensatorios.

El nivel de mejoría que se puede esperar con estas terapias depende del tipo de lesión que ha ocasionado la agnosia y de su localización.

 

Administrador
Buscador
Ajustes de privacidad
Decide qué cookies quieres permitir.
Puedes cambiar estos ajustes en cualquier momento. Sin embargo, esto puede hacer que algunas funciones dejen de estar disponibles.
Este sitio web no podrá:
    Este sitio web podrá: