El daltonismo es una alteración genética extremadamente común y que actualmente no tiene tratamiento, pero nuevos estudios en el campo de la biotecnología podrían tener la clave para “curar” este defecto de la percepción visual, que aunque en muchos casos puede pasar inadvertido, puede generar limitaciones en la vida de quien lo padece.
Nuestros ojos contienen dos tipos de receptores, por un lado los bastones son especialmente sensibles a la intensidad de la luz, lo que a efectos prácticos nos permite ver en blanco y negro, con toda la gama de grises intermedia. Estos receptores son los que nos permiten ver de noche a pesar de que la intensidad lumínica sea baja. El otro tipo de receptores son los conos, que a su vez están divididos en tres tipos, cada uno especializado en una gama de frecuencias que podemos asociar a los colores rojo, verde y azul y que al ser interpretados por nuestro cerebro dan lugar a las cerca de 8000 tonalidades que una persona media puede percibir.
El daltonismo se produce cuando nuestros ojos tienen déficit de algún tipo de cono (o varios) o carece completamente de ellos. Dependiendo del caso se pueden dar distintos tipos de daltonismo, que son acromático, monocromático o dicromático dependiendo de si no tienen ningún receptor, por lo que ven en blanco y negro, tienen sólo un receptor o disponen de 2 de los 3 receptores, por lo que su percepción del color se ve alterada. Además hay otro caso, que de hecho es el más común en que el afectado dispone de los tres tipos de conos pero éstos tienen un funcionamiento anómalo por lo que a efectos prácticos se comporta como un dicromático.
En la gran mayoría de los casos el daltonismo es de origen genético y se transmite a través del cromosoma X. Se calcula que cerca del 8% de hombres padecen esta alteración en mayor o menor medida mientra que tan sólo un 0.5% de las mujeres la sufren. Esto es debido a que basta con que uno de los cromosomas X no presente la alteración para que esta no se manifieste.
Una pareja de la universidad de Washington que lleva años investigando sobre el daltonismo parece haber dado con la clave. El proceso consiste en implantar en la retina unos genes capaces de generar las proteínas encargadas del reconocimiento del color. Lo más novedoso es además que no se necesitará cirugía para llevar a cabo este proceso ya que el gen entrará en el ojo a través de un virus adeno-asociado que garantiza la entrada en la célula.
Por ahora la técnica está siendo probada en monos entrenados para identificar los colores. Estos monos que antes del tratamiento sufrían algún tipo de daltonismo han sido capaces de diferenciar los tonos sin apenas error. Lo que queda ahora es superar las pruebas clínicas y ensayos posteriores en humanos (cosa que llevará unos años) para poder ser finalmente aprobada por la FDA, que es la agencia responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos y productos afines de Estados Unidos.
Hasta que este producto esté implantado a nivel comercial los daltónicos disponen de algunas alternativas. Una de las más populares son las gafas enChroma. Estas gafas, tienen un sistema capaz de realzar los colores que el afectado tiene alterados. Lo curioso es que el sistema fue descubierto por casualidad cuando se intentaba crear unas gafas para proteger la vista en las operaciones quirúrgicas con láser. La compañía asegura que puede corregir el daltonismo hasta en un 80% de los casos y a juzgar por las reacciones que se han vuelto virales en redes sociales de gente que prueba por primera vez las gafas el resultado es espectacular.
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