Hoy retomamos los grandes avances tecnológicos en el ámbito de la salud.
Hace algunas semanas comentábamos como grandes tendencias como el IoT o el big data prometían grandes innovaciones y mejoras a nuestros sistemas de salud.
También la robótica es un campo que tradicionalmente ha venido ofreciendo grandes aportaciones al campo de la medicina.
Hemos querido centrarnos en un caso de éxito concreto, se trata del sistema quirúrgico más completo del mundo: el Robot da Vinci.
Se trata de un equipo de cirugía robótica diseñado para facilitar la cirugía compleja empleando un enfoque mínimamente invasivo.
Tiene como objetivo potenciar en términos de visión, precisión y control las habilidades del cirujano. Da Vinci se compone por:
Es importante saber que el robot da Vinci no es autónomo; requiere en todos los casos la intervención y toma de decisiones de un profesional que actúe como operador humano para todas las acciones.
En líneas generales los beneficios de un procedimiento con el Robot da Vinci, incluyen menos dolor, una menor pérdida de sangre, una estancia hospitalaria más corta y una recuperación más rápida.
También consigue que las cicatrices sean más pequeñas, disminuye el riesgo de infección y de complicaciones en la intervención.
Como cualquier otra tecnología, no es infalible y también se han reportado algunos accidentes, al menos en EEUU ya hay varios casos bajo sospecha.
Hay que añadir además (aunque esto no sea un riesgo para la salud en sí) que el coste de este equipamiento es muy elevado (en torno al millón de dólares).
Pues existen múltiples tecnologías, como:
Pero vamos a quedarnos con un proyecto cercano, se trata de BROCA, es una iniciativa cordobesa que pretendía obtener un robot asequible para los hospitales públicos andaluces.
Podemos definir a este robot como al hermano pequeño (en dimensiones y precio) de Da Vinci pero más inteligente porque incorpora la sensación de tacto, es decir, replica las percepciones que tiene el cirujano al enfrentarse a un tejido blando o duro.
Además, utiliza material de cirugía convencional, con lo que la reducción de costes es muy alta.
Uno de los líderes de este proyecto que concluyó en 2015, es el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Córdoba Rafael Medina.
En cuanto al futuro, lo verdaderamente interesante de este caso, es que el cirujano opera bajo una consola a 4 metros del paciente. Esto indudablemente abre la puerta a intervenciones quirúrgicas a distancia, pudiendo de esta manera ampliar el radio de acción de los cirujanos, incluso en entornos rurales o de difícil acceso y que por tanto no cuentan con hospitales o unidades especializadas que alberguen quirófanos y sus correspondientes cirujanos.
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