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Dislalia

14 Noviembre 2019

Dedicamos el artículo de hoy a la dislalia, que es como se conoce a la dificultad para producir sonidos de forma adecuada, siendo además uno de los trastornos del lenguaje más comunes en la infancia.

 

Sin duda el lenguaje es nuestra principal herramienta de relación, no solo con las personas que nos rodean sino también con nuestro entorno. Es por ello por lo que cualquier dificultad en la elaboración de ese lenguaje puede llegar a limitarnos, en mayor o menor medida, esa relación.

El aprendizaje y manejo del lenguaje se hace a lo largo de la infancia y es en esta etapa donde pueden surgir algunos problemas relacionados con su componente fonético, semántico o pragmático.

Hay que aclarar que el manual de diagnóstico, DSM en su última actualización, DSM-V, abandona el término dislalia y lo sustituye por Trastorno de los Sonidos del Habla.  Hecha esta aclaración y sabiendo que el término actual es el anteriormente mencionado, en este artículo seguiremos hablando de Dislalia y de Trastorno de los Sonidos del Habla como sinónimos, volviendo a incidir en que esta última sería la terminología a utilizar.

 

¿Qué es la Dislalia?

Cuando hablamos de Dislalia nos referimos a una dificultad para producir sonidos de forma adecuada. Esta dificultad puede estar asociada a algunos fonemas concretos o a grupos de fonemas.

Normalmente suele tener su origen en un mal uso de los órganos articulatorios por lo que la articulación no se realiza de forma correcta y por tanto la pronunciación de determinados sonidos tampoco es la adecuada.

La Dislalia constituye uno de los trastornos del lenguaje más comunes en la infancia y cuya identificación se hace de una forma más sencilla. Suele darse entre los 3 y los 5 años, periodo crítico en la adquisición del lenguaje.

 

Clasificación y Tipos

Dependiendo de la concepción teórica, las clasificaciones pueden variar y ser clasificadas por su causa o por también según la dificultad específica en la articulación de sonidos.

 

Dislalias clasificadas según sus causas

  • Dislalia Fisiológica o evolutiva: Este tipo de Trastorno de los sonidos del habla se produce cuando el niño no repite los sonidos que escucha. Que esto ocurra es un hecho al que hay que prestar especial atención ya que a edades tempranas la mayor parte del aprendizaje se hace por imitación y repetición y por tanto la ausencia de estos comportamientos puede desencadenar déficits en el aprendizaje.
    También puede ocurrir que, aunque la repetición exista, esta no se haga de forma adecuada. Suele presentarse en torno a los 4 años.
  • Dislalia Orgánica: Son dislalias en las que las dificultades en la articulación se producen como consecuencia de causas de tipo orgánico. Estas causas pueden ser malformaciones congénitas, aunque también pueden ser provocadas por traumatismos, parálisis periféricas, trastornos del crecimiento…
    Según la causa de este tipo de Dislalia podemos establecer dos subtipos:
  • Disartrias: Cuando la causa implica afectación en los centros neuronales cerebrales. Su origen puede ser muy variado ya que este puede aparecer desde el nacimiento o ser provocado por algún tipo de accidente o enfermedad que desencadene una afectación cerebral.
  • Disglosia: Las Dislalia está provocada por malformaciones o anomalías anatómicas en lo órganos articulatorios. Estas anomalías pueden asociarse a los labios, el paladar, la lengua, fosas nasales, dientes o el maxilar. En función de cuál sea el órgano afectado podremos hablar de Disglosias nasales, labiales, linguales, mandibulares, palatinas o dentales.
  • Dislalia Audiógena: La principal causa se encuentra en la existencia de una deficiencia auditiva. Si el niño no escucha bien tendrá dificultades a la hora de oír y discriminar correctamente los sonidos que forman el habla. Por tanto, su pronunciación se verá también afectada por este hecho. En estos casos también suelen aparecer otras alteraciones del lenguaje asociadas a ese déficit auditivo.
  • Dislalia Funcional: Se produce como consecuencia de un mal funcionamiento de los órganos periféricos del habla, aunque esta anomalía en las funciones no está provocada por malformaciones o lesiones. El niño o niña no utiliza estos órganos de forma adecuada y esto produce una mala articulación de determinados fonemas. Suele ser la más común.
  • Dislalia Mixta: En este apartado se incluyen todas la Dislalias que presentan manifestaciones de los apartados anteriormente descritos, de manera simultánea.

 

Dislalias clasificadas según la dificultad en la articulación

Si utilizamos como criterio de clasificación las dificultades en la articulación tenemos que hacer mención al trabajo de Peña-Casanova en 2014. Estos investigadores establecen la siguiente diferenciación en función de los errores de pronunciación en los sonidos del alfabeto:

  • Betacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra B.
  • Deltacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra D.
  • Gammacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra G.
  • Kapacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra K.
  • Mistacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra M.
  • Rotacismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra R.
  • Sigmatismo: Las dificultades se encuentran en la pronunciación de la letra S.

Dislalias clasificadas en función de la capacidad de articulación de fonemas:

  • Dislalia Simple: Es cuando la dificultad se encuentra localizada en un solo fonema.
  • Dislalia Múltiple: Se produce cuando las dificultades articulatorias se localizan en dos fonemas o más.
  • Hotentotismo: La dificultad es generalizada y no se puede pronunciar ningún fonema correctamente.
  • Dislalia Afín: Se produce cuando existe la imposibilidad de pronunciar correctamente todos los fonemas relacionados de forma directa con un punto de articulación en concreto.

 

Posibles causas

Al hablar de las causas de la Dislalia, y como puede intuirse a raíz del apartado anterior, podemos decir que este trastorno tiene un curso y un desarrollo multicausal. Son distintos elementos los que confluyen para provocar las consecuencias propias de la Dislalia, entre esas causas podemos citar: causas físicas o también incluso psicosociales.

 

Formas de evaluación

La Dislalia es un trastorno del lenguaje que se puede identificar de una forma relativamente sencilla. No olvidemos que estamos hablando de una pronunciación de determinados fonemas de forma errónea por lo que su aparición puede detectarse a través de una mera observación.

Una vez que se detecta la posible existencia de un problema, evidentemente habría que realizar una evaluación más exhaustiva, con el fin de confirmar la existencia de dicho problema, así como las causas del mismo y las posibles repercusiones que este pueda tener.

Para esa evaluación en profundidad pueden utilizarse pruebas como la de Glatzel, que valora la permeabilidad nasal y la fonoarticulación. La Prueba de Rosenthal, por su parte, considera el modo respiratorio.

Estas pruebas específicas también deben combinarse con otras de carácter cualitativo y, como para la detección, con la observación no solo de la expresión sino también de la recepción del habla.

Evidentemente el proceso no acabaría en la evaluación ya que el fin de esta es determinar las causas, las áreas afectadas y la repercusión que este trastorno tendrá en el individuo y con esa información establecer una intervención personalizada para, en la medida de lo posible, solucionar esos déficits creados.

 

Intervención

Normalmente la intervención que reciben las personas que presentan Dislalia es de carácter logopédico. En dicha intervención se trabajan, por ejemplo, lo músculos que intervienen en la articulación. Estos ejercicios incluyen también la activación de los aparatos oral y nasal.

Podemos dividir la intervención en dos:

 

- Intervención Indirecta

Su principal objetivo es trabajar la maduración de los órganos fonatorios. En este tipo de intervención se realizan ejercicios como:

  • Ejercicios de respiración.
  • Ejercicios de soplo.
  • Ejercicios de mandíbula.
  • Ejercicios de mejillas.
  • Ejercicios de las alas nasales.
  • Ejercicios del velo del paladar.
  • Ejercicios de labios.
  • Ejercicios de lengua.
  • Ejercicios de relajación.
  • Ejercicios de discriminación auditiva y fonemática
    • Ejercicios de discriminación de la duración de los sonidos.
    • Ejercicios de discriminación de tonos
    • Ejercicios de discriminación de juguetes sonoros.
    • Ejercicios de discriminación de sonidos producidos por nuestro propio cuerpo
    • Ejercicios de Discriminación de las vocales iniciales.
    • Ejercicios de Discriminación de palabras monosílabas
    • Ejercicios de discriminación de consonantes con oposición del rasgo sonoro- sordo
    • Ejercicios de discriminación de consonantes cuyos puntos de articulación están muy próximos.

 

- Intervención directa

Este tipo de intervención busca la articulación del fonema que no se pronuncia adecuadamente y su posterior generalización en el lenguaje espontaneo del individuo. Conviene tener en cuenta ciertos factores:

  • No solo tener en cuenta el fonema o fonemas que no se pronuncian correctamente sino también el lenguaje en su conjunto y la influencia de este en el niño.
  • Es importante el tratamiento precoz.
  • En el caso de los niños es fundamental la colaboración de los padres.
  • El punto de partida de una buena evaluación es esencial.
  • Elaborar un programa de trabajo personalizado.
  • La persona que recibe la intervención debe conocer en todo momento que se va a hacer y cuál es su propósito.
  • Evaluación constante de los progresos.
  • Intentar varias los ejercicios.

 

Comportamiento de niños con dislalia

Al ser la Dislalia un trastorno con una mayor frecuencia en niños, consideramos importante incluir también las repercusiones psicológicas, emocionales e incluso conductuales que puede experimentar un niño o niña que presente esta problemática.

Este tipo de trastornos, en un porcentaje elevado, pueden provocar en los niños inseguridad, tensión e incluso ansiedad. Estos factores pueden dificultar aspectos tan relevantes como la relación social con los iguales o el autocontrol.

También es frecuente la aparición de una conducta de sobreprotección por parte de los padres, cuyas repercusiones en el niño los hacen más sensible hacia su dificultad, así como también genera una mayor dependencia de este hacia sus padres.

Cuando el niño comienza a hacerse consciente de su problema tiende a intentar hablar lo menos posible por miedo a la burla. Esto hace que se inhiban de las relaciones sociales y las dificulta sobremanera.

Es importante no perder de vista los factores personales y también del entorno en el que el niño se desenvuelve, ya que, estos tienen una especial relevancia no solo en la aparición de la dislalia sino también en su mantenimiento.

A su vez teniendo en cuenta estos factores a los que anteriormente hacíamos referencia podemos favorecer que el niño sea capaz de superar su trastorno de una manera más natural y con menos dificultades.

 

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